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Historias cortas y dulces sobre Mamás

Muchos deben tener historias muy hermosas junto a sus madres, donde siempre el vínculo fue fuerte. Existen historias en la cual te harán sentir que quieras llamar o estar con tu mamá en estos momentos. Puede que algunas te parezcan ficticias, lo importante acá es tener historias cortas y dulces sobre mamás para así poder reflexionar o sentir ese amor que nos puedan dar ellas a diario y a lo largo del tiempo que las tengamos en vida.

Historias cortas sobre Mamás

Madre del rock

Para mis hermanos y para mí, Guitar Hero es una competición donde se consigue la más grande puntuación en el nivel más complicado. En cambio, mi madre tocó los diez minutos de "Free Bird" de la forma más simple, mientras los niños se prepararon para el siguiente combate. Cuando mi madre reinició la canción luego de perder la nota, todos protestamos en voz alta. Ella dijo: "Las estrellas del rock hacen lo que a ellos les parece mejor". Nos reímos porque estábamos de acuerdo: madre es una estrella del rock. Por eso, luego su funeral fue más bien la más reciente parada de un viaje de despedida, y "Free Bird" fue el obsequio especial.

Mi barista preferido

Una mañana, le dije en broma a mi marido que había perdido la pelota porque no me preparaba el café y no poseía razón para comenzar un nuevo día. Mi hijo de cinco años escuchó mi voz y me pidió que le explicara el concepto de "perder la pelota". Unos minutos más tarde, entró en nuestro cuarto con un tazón de café desbordada, goteando y con un paño de cocina debajo. Mencionándole a mi esposo "Se te cayó la pelota, pero yo la he recogido". Después me entregó un tazón de café con el peor gusto, el agua más fuerte, pero el más dulce.

La más grande aventura

Cuando el médico nos mencionó que jamás tendríamos hijos, decidimos viajar y buscar aventuras por todo el planeta. Accionar en la Ópera de Sydney. Mesas y buffets en Las Vegas. El majestuoso fiordo de Bergen. La tranquila playa de Honolulu. Un castillo abandonado y una vieja iglesia en la isla de Escocia. Una piscina sin límites en las Bahamas. Una carrera en Daytona. Cuando descubrimos que se encontraba embarazada, estábamos próximo de viajar a la Laguna Azul. En este momento, con nuestros hijos, extraña vez nos transportamos. Los hechos demostraron que criar a los hijos es la más grande aventura de todos.

El fundamento

Me llevaron a urgencias por adversidades derivadas de un embarazo de prominente peligro. Tras numerosas semanas de reposo obligación en el hospital, descubrí que sufría una lástima desconocida. Un día, mi enfermera trajo una sorpresa a mi habitación: un nacido hace poco llamado James.

La madre de James (que además tuvo un embarazo de prominente riesgo) me envió a su precioso y sano hijo y me dio un mensaje inspirador: "Esta es la causa por la que estás en el hospital". Treinta años luego, sigo teniendo razón. El chico James y su madre están agradecidos. Yo estoy agradecida por mi propio hijo sano, Hunter.

¡Los hombres no están permitidos!

Cuando intenté decirle que tendría un nuevo hijo dentro de unos meses a mi pequeña hija de 7 años, me respondió repetidamente: "¡No hay más niños en nuestra familia!".

Unos meses después, llegó el enorme día. Mi hija entró en el salón, le dije que el niño recién nacido era un pequeño y le pregunté: "¿Qué aremos?". Ella respondió con las manos en las caderas, sin perder el ritmo: "¡Bueno, pienso que sólo debemos enamorarnos de esta cosita!”

Madre solidaria

Estábamos en casa éramos siete hijos y mi madre soltera. En la época de enero, cayó una fuerte tormenta de nieve. La nieve era tan enorme que la carretera se detuvo completamente. Vivimos a media cuadra de la carretera. Se encontraba oscureciendo durante la noche. Había bastantes coches atrapados por personas y sus familias o mascotas.

Mi madre se levantó y le mencionó a mi hermano: "Voy a abrir mi casa a la multitud que está varada en la carretera". Él le respondió: ¡Claro que sí! Vinieron trece familias., nuestro salón está cubierto de sacos de reposar, mantas y almohadas. Por la mañana, tomamos tres tazas de café, una enorme taza de chocolate ardiente, tocino, huevos y pan francés ardiente. Todos que estaban en casa estaban tan complacidos. La amabilidad y la benevolencia de mi madre eran únicas. Ella nos mostró su corazón desinteresado para contribuir a los otros.

Dos sencillas expresiones

El primer día de la escuela, me quedé en la puerta de entrada con una mariposa pegada en la barriga. Le expresé a mi madre mi más grande preocupación: "¿Cómo voy a llevar a tener amigos?". Ella se puso frente a mí de rodillas, dándome un consejo que hasta este preciso día, me ha acompañado: "Sé suiza", é amigo de todo el planeta. Trata a todos por igual. En todos mis 20 años, he vivido estas expresiones. Próximamente me graduaré y formaré lugar de este mundo real. El primer día, afrontando con nerviosismo las novedosas responsabilidades, sé que estaré bajo de mí mismo. Dije dos palabras: "Conviértete en Suiza.".

EL hermoso detalle de Nicholas

Cuando buscaba en las verduras enlatadas, mi hijo Nicholas, de seis años, se encontraba sentado en el carrito de compras. "Mamá, ¿Qué tal se ve esta?", se puso a preguntar, mostrándome así la lata de espárragos "¡Me encantan los espárragos! pero están muy caros" le dije. Puso el tarro en la estantería. Tres meses después, abrí un obsequio envuelto en bruto de debajo del árbol de Navidad. Era un tarro de espárragos. Nicolás sonrió feliz. Me detalló cómo había ahorrado unos céntimos para comprarme el más destacable obsequio de Navidad que he tenido jamás.

Siempre te necesitaré

"Mamá, eres un hada", le dije. Mi madre sonrió como una campanilla. "Hablo seriamente, madre. Lo sabes todo". Ella dijo: "Hija mía, intentaré responder lo más bien que se pueda. Cuando se expanda, por el momento no me necesito". Le dije: "No, madre, siempre te necesitaré. Es imposible cambiar nada". Cuando miré al cielo azul, sus expresiones resonaron en mi corazón: "Querida hija, no hay nada que solicitar más que el inmenso cielo azul". Pasaron diez años desde que perdí al hada. Madre, te equivocas en algo: aún te necesito.

Mujer divertida por siempre

Mi madre tiene un enorme sentido del humor y una aptitud particular para lograr que todo sea atrayente. Inclusive cuando era una niña, lo que más me llamaba la atención era que aparentaba gustarle su empresa y encontraba la forma de perfeccionarse. De niña, recuerdo que sonreía mientras pagaba la cuenta ¿Qué tiene de entretenido realizar los pagos la cuenta? Añadía una nota humorística en la parte de referencias del cheque: para la factura de la electricidad, podía decir "Iluminas mi vida", y para la hipoteca, escribía "Tejas por todas partes, más cerca de poseerlo todo". 

La elección más complicada

Hace 35 años, cuando mi madre tenía 22 años, se volvió viuda y madre en el mismo mes. La vida que imaginaba se aceleró con los latidos de su corazón. Tuvo la intención de continuar adelante, pero se perdió. Me entregó a la familia de mi padre fallecido para que me criara. Algunos la llaman débil, otros egoísta. Podría estar enojada o angustiada ¿Quién sabe? En cambio yo, estoy agradecida por mi vida, y además por tener una madre que sacrificó nuestra relación, lo que me dio la posibilidad de vivir una vida mejor. Ella es intrépida, es mi madre.

Haz una pregunta más

"Me eligieron como tu madre", le dije a mi hija de 4 años mientras la chiquita arrastraba mi ropa. Me miró con lágrimas y preguntó: "¿Por qué no puedo crecer en tu vientre como mis hermanos?". "Está bien", le dije, aguantando las lágrimas, "El médico mencionó que no podíamos tener más niños, por eso tu padre y yo decidimos adoptar un niño recién nacido". Ese niño recién nacido eres tú, contuve la respiración y esperé una pregunta más dura: "¿Puedo tomar un helado?", hizo la pregunta. "¡Sí!" dije, agradeciéndole su inocencia.

Recuerdos en poemas

El día de mi miedo llegó, es ineludible. Lo he visto venir, pero he preferido ignorarlo a lo largo del más grande tiempo viable. Mi madre, muy talentosa y capaz, ya se ha olvidado de abonar las facturas y en este momento es el instante de ocuparse de sus finanzas. Mientras revisaba su cartera, hice un hallazgo increíble. Me oculté en un reducido cubículo. Hablamos de los 4 poemas del Día de la Madre que le escribí en los años sesenta. Ella guardó y atesoró esos simples regalos a lo largo de 50 años, ¡lo cual es muy feliz!

Recuerdos felices

Un día, cuando llegué a casa luego de escapar del trabajo, hallé a mi madre bailando, oyendo "Addicted to Love" de Robert Palmer. Cuando se movía y cantaba, yo la observaba, fascinada, las caderas giraban y latían, y en mi cara se dibujaba una enorme sonrisa. Hacía un largo tiempo que no la veía bailar, por eso esa alegría pura es muy contagiosa. Algunas semanas después, murió inesperadamente mientras dormía. Tengo varios recuerdos de ella que atesoraré para toda la vida, pero ningún día es tan feliz y despreocupado como el que bailó ese día. Finalmente es algo simple.

Pago por adelantado

En su país natal, mi madre vio a una mujer ciega muy pobre y a su chiquita hija. Se compadeció de ellas y les prestó todos sus ahorros. Aunque mi madre se encontraba preocupada por esto, milagrosamente le devolvieron hasta el último céntimo. Veinte años después, cuando su madre dejó su país comunista y viajo a USA como refugiada, la Iglesia Católica le dio dinero para criar a varios de sus hijos. Ella les devolvió hasta el último céntimo, y sus hijos siguieron devolviendo el dinero por medio de organizaciones benéficas mundiales. Mi madre tiene en este momento 90 años y transporta una vida feliz.

Símbolo escarlata

Mi madre es mi mejor amiga. Le agradan los cardenales, las celebridades masculinas. Cuando tuvo cáncer de páncreas y sabía que se encontraba próximo de fallecer, me mencionó que buscara siempre al cardenal rojo, que era ella. Jamás presté mucha atención a esa cita. Me encontraba bastante ocupada lidiando con la adultez. 25 años más tarde, siempre que me siento agotada, va a existir un cardenal volando en un árbol al costado o cerca de mí. Luego de todos estos años, ¿es mi al azar o mi madre la que me hace entender que todo irá bien? me digo a mi misma.